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martes, febrero 22, 2005

Televisión, interacciones sociales y poder


La televisión (como fenómeno social) recibe escasas críticas, y las pocas suelen centrarse en la manipulación partidista, en sus contenidos, la violencia, falta de calidad y la trivialidad de muchas de sus propuestas.

De lo que no se habla casi nunca es de las repercusiones sociales, políticas, psicológicas y ecológicas de la televisión en sí misma

La televisión es un aparato especialmente eficaz para suprimir millones de interacciones entre las personas. Desarticula las redes naturales de relación social, desplaza las preocupaciones al espacio virtual y esconde el deterioro del espacio real. A su vez consigue, con una eficacia desmesurada y sin que se note mucho, acelerar la concentración de poder sobre la realidad misma.

- La media de horas al día de visualización de TV en el territorio del estado español era de 3 horas en 1989 y de 3,5 horas en 2000.

- La pareja media norteamericana dedica 20 horas semanales a ver el televisor y sólo 30 minutos a hablar de tu a tu.

- A lo largo de la vida habremos estado 8 años enteros sentados frente al televisor.

- Por cada 10.000 minutos de información y publicidad de las grandes compañías multinacionales aparece un minuto de crítica hacia ellas. Muchas de ellas no reciben nunca ninguna crítica.

- Según Galbraith se publicita lo que no se necesita. La inversión anual publicitaria en España es de cerca de 10.217 millones de euros (1,7 billones de pesetas). Una familia de dos hijos emplea 962 euros (160.000 ptas.) al año en que le recuerden aquello que tiene que consumir -en concepto de sobreprecio del producto-.

- De las seis horas de media de tiempo no regulado de las que se disponen al día, el 58% se dedican a ver la televisión y las restantes, en una buena parte, a comprar y o usar los productos que en ella se anuncian.

- La media de horas al día de visualización de TV en el territorio del estado español era de 3 horas en 1989 y de 3,5 horas en 2000.

- La pareja media norteamericana dedica 20 horas semanales a ver el televisor y sólo 30 minutos a hablar de tu a tu.

- A lo largo de la vida habremos estado 8 años enteros sentados frente al televisor.

- Por cada 10.000 minutos de información y publicidad de las grandes compañías multinacionales aparece un minuto de crítica hacia ellas. Muchas de ellas no reciben nunca ninguna crítica.

- Según Galbraith se publicita lo que no se necesita. La inversión anual publicitaria en España es de cerca de 10.217 millones de euros (1,7 billones de pesetas). Una familia de dos hijos emplea 962 euros (160.000 ptas.) al año en que le recuerden aquello que tiene que consumir -en concepto de sobreprecio del producto-.

- De las seis horas de media de tiempo no regulado de las que se disponen al día, el 58% se dedican a ver la televisión y las restantes, en una buena parte, a comprar y o usar los productos que en ella se anuncian.

La fuerza de las imágenes de la pantalla hace que a menudo reciban un estatus de realidad superior a la realidad misma. Al estar más aislados de los demás y más desconectados del territorio, entre otras causas por la televisión misma, y al mirar todos las mismas imágenes, la televisión consigue ser el referente más potente de validación de la realidad.

De acuerdo con los estudios de los propios medios de “comunicación”, sólo una pequeña proporción de la audiencia elige por anticipado el programa que va a ver. En general la primera decisión es ver la televisión y luego se pasa por los diferentes canales hasta que el más atractivo o el menos aburrido es seleccionado.

En la conversación, en la lectura y en la acción, la velocidad del procesamiento de la información la ponen quienes las realizan. En estas acciones se puede interrumpir, preguntar, releer, subrayar, volver a mirar, manipular. Las imágenes de la televisión, sin embargo, entran directamente en los bancos de la memoria sin poder ser filtradas, ni procesadas. Ante el flujo de imágenes la mente actúa sólo como receptáculo.

La esencia de este mal autodenominado medio de “comunicación” masivo es que unas pocas personas hablan a muchas, que a su vez están calladas, quietas y progresivamente aisladas.

La razón última de la TV es anunciar, la razón última de anunciar es obtener beneficios monetarios, y la razón última de acumular beneficios monetarios es concentrar poder. El medio televisivo es bastante torpe para transmitir argumentos, debates científicos, representaciones culturales complejas, pero es absolutamente idóneo para introducir mensajes publicitarios cortos. Los productos se presentan aislados, sin relaciones y sin consecuencias.

La idea finalmente es bien simple: La televisión es un medio en manos de los ricos, que lo controlan adecuadamente para hacerse aún más ricos.

Ya hemos visto como la TV retira a las personas del territorio recluyéndolas en sus sofás frente al televisor durante una parte significativa de su tiempo no regulado, y cómo esto disminuye las interacciones que pueden desarrollar con otras personas. También se ha mencionado que la televisión interfiere gravemente con la capacidad de las sociedades de crear sus propias percepciones de la realidad y sus propias representaciones sociales para entenderla, mientras se sustituyen, en buena medida, por representaciones únicas al servicio de intereses comerciales y de poder. Y mientras, ¿qué pasa con el territorio del que hemos sido parcialmente retirados?

Si se mira el planeta desde un satélite se observa que las llamadas zonas “desarrolladas” del planeta son manchas grises y borrosas que se expanden al modo de una enfermedad. También se observa que las zonas áridas han ido creciendo en detrimento de las zonas boscosas, aumentando con ello el color parduzco. Otras manchas han ido apareciendo en diferentes partes y la atmósfera, en general, se ha hecho más gris. Si se mira desde cerca, lo que se ve son zonas cada vez más extensas de cemento, un montón de camiones y vehículos yendo de acá para allá y ríos y charcas en los que nunca beberías agua. En gran medida es responsabilidad de las compañías que se anuncian en televisión y del sistema que les permite hacerlo (... Estraido de un articulo de Fernando Cembranos Díaz-Revista Intervención Psicosocial...)

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